jueves, 28 de mayo de 2009
The State I'm in
Take us down and all apart
Cherry Tree
Lay us out on the table
Your sharp alright
But no one is asking
so leave it alone
Leave it alone
Can we
No one is asking
so leave it alone
Leave it alone
Can we
Loose lips sink ships...
Dont Look at me
Im only breathing
Dont look at me im indiscreet
Dont look at me
Im only breathing
Dont look at me im indiscreet
Your sharp alright
But no one is asking
so leave it alone
Leave it alone
Can we
No one is asking so leave it alone
Leave it alone
Can we
Loose lips sink ships...
Can we show
A little discipline
Can we show
A little discipline
Can we
Can we
Loose lips sink ships...
Can we show
A little discipline
Can we show
A little discipline
Can we
Can we
Loose lips sink ships...
¿Diálogo o monólogo?
-¿Qué pasará por la cabeza de alguien que lleva hablando veinte minutos seguidos y tú aún no has dicho nada?
- (...)
-Ya
- (...)
-Ya
Nena, a ver si te enteras
nena, a ver si te enteras
nena, a ver si te enetera
nena, a ver si te enteras
nena, a ver si te enteras
nenea, aver sit e etnetrea
anena, a er si te enteras
nenea, a ver sie te entreas
nena, a ver sit eeenteras
nenea a ver si teeras
neana, a ver si teeras
neneas a ver si enteras
nenea, aver si te enteras
a ver si así me entero
nena, a ver si te enteras
nena, a ver si te enetera
nena, a ver si te enteras
nena, a ver si te enteras
nenea, aver sit e etnetrea
anena, a er si te enteras
nenea, a ver sie te entreas
nena, a ver sit eeenteras
nenea a ver si teeras
neana, a ver si teeras
neneas a ver si enteras
nenea, aver si te enteras
a ver si así me entero
viernes, 22 de mayo de 2009
El glamour del que me rodeo
I.- Paseo domingo por la tarde
Carmen y yo, repito Carmen y yo, sin niños; aunque se lo hubieran pasado pipa, visto lo visto. Nos fuimos por la Fuente la Bicha. Yo peleándome con la cámara de fotos y ella contándome sus cosas. Hasta que vimos unos carteles pegados a los álamos: Se venden cerezas (y una flecha a la izquierda) ¿Cómo no seguirla? Pues la seguimos, y otra más después de cruzar el río. Como andábamos algo perdidas optamos por lo seguro, preguntar a una mujer encaramada a una escalera debajo de un cerezo: ¿venden ustedes cerezas? Vendían.
El huerto era inmeso y muy cuidado. Desde árboles frutales, patatas, tomates,espárragos... flores y animales al fondo. El hombre que nos atendió todo el tiempo resultó ser un director de banco prejubilado para mayor gloria. Ahora tenía todo el tiempo para lo que de verdad le gustaba. El huerto. A sus amigos policías, prejubilados también, no les pasaba igual, parece. El azadón les agobiaba.
Preguntamos todo lo que se nos ocurrió, amenazamos con volver con niños y nos despedimos con nuestros dos kilos de hermosas y más que jugosas cerezas. El hortelano antes de irnos nos dijo, esperaos que os voy a dar unas flores. Y se fue a los arriates correspondientes y nos cortó varas de clavelinas.
Pronto será la temporada de los tomates. Si no fuera por como soy hasta los echaba en conserva.
II.-Pescador de almas *
Me he mudado de casa y de barrio. Y puede que de alguna cosa más. Claro que las mudanzas son largas. Todas. Instalaciones y cambios incluidos.
Como me mudaba con toda la casa incorporada contraté una furgoneta. Y su conductor. Ni conocía a la furgoneta ni a su conductor. El nombre de la furgoneta no lo recuerdo (¡tecnicismos a mí!) El se llamaba Pedro. Se llamó Pedro casi todo el tiempo. Hasta que dejó de llamarse.
Y fue Piotr. Piotr de Krakovia. Piotr el Grande (ah, no, ese era de Rusia).
Se marchó de Krakovia en el 87 en busca de la tierra prometida o una mejor vida, que en esa época no estaba el tema para romanticismos épicos. Y fue a parar a Venecia.
- ¿Ah sí? ¿Y de qué trabajabas?
- Con las góndolas
-¿Llevabas una góndola?¡¡¡ (ya le había puesto la camiseta de rayas, el sombrero, el kit completo)
-No. Me tiraba al agua cuando los guiris se caían
-...
Tuve que mirarle, mirarle mucho. Antes de creérmelo y sobretodo, cuando me lo creí. Porque su cara me tenía que dar la clave. Una persona que ha sido eso tiene que tener una cara diferente, que te haga salir de tu asombro y te vuelva a colocar el mundo en su sitio. Busqué afanosamente pero no encontré. Seguí mirando.
La mudanza terminó. Más pronto que tarde y bien. Piotr no se quedó a comer en el Domingo. Casi mejor. ¿Cómo socializo yo con una persona que ha sido eso? No sabría qué decirle. Fan fatal: mongui total. Así mejor, sí.
* joni, con permiso
III.- Pescadería Conchitas
Tocaba ir a comprar pescado. No pude antes. Mi horario de trabajo coincide con el horario de las pescaderías, así que tenía que aprovechar la mañana libre.
Mi amigo Antonio, que ha vivido en este barrio, había avisado a Conchita y su hija Rafalita, las pescaderas, que una amiga se mudaba y ya se pasaría por allí. Esa era yo.
La pescadería no costaba encontrarla porque estaba indicada con carteles por todas partes. De no ser así, ni la ves. Tenías que bajar por una pequeña rampa como de parking, que se cerraba con una balla corredera y la primera puerta a la izquierda era lo que yo andaba buscando. Así que allí estaba. Mi probada prudencia no me permitía presentarme sin más, así que iba concienzada de que no recibiría los posibles favores del amiguismo.
Cuando llegué solo estaba Rafalita, la hija, colgada al teléfono. Tan colgada que, muy profesional y por ganarme, terminó por meterme en la conversación e invitándome a ir a Lugo. Todo esto por teléfono y a tres bandas. Ya con las manos en el pescado le pregunto por el horario de la tienda:
- de 9 a 2 y los sábados no abrimos
-uf, qué mal -¿por qué? -porque salgo a las 5
-mira, hablando se arreglan los problemas. Vamos que es que no hay problemas. Tú, ¿cómo te llamas?
-Curra -Curra? curra? -Ah, coño, entonces tú eras la amiga de Antonio.
(Se descubrió el pastel)
-pues, mira Curra tú el día que quieras pescado, me llamas (y ya me estaba dando su tarjeta de visitas) y me dices: Rafalita que quiero esto y esto y esto, o me dices, qué tienes bueno hoy?
Yo esto lo preveía, porque Antonio ya compraba el pescado así, pero claro él lo recogía en la hora de la comida.
-ya, pero es que yo salgo a las 5 (igual es que no se había enterado)
-¿y qué? ¿ves esa puerta? mi madre se queda aquí hasta que termina la novelilla de las 5. Tú, desde ahí fuera, te pones (a grito pelado) CONCHITAAAAAAAAAAAA, CONCHITAAAAAAAAAAAAAA y ella te lo da.
-(...)
Alucinada y encantada sigo cuando llegan por la puerta un matrimonio (que digo yo) sesentón. El se sienta y todas sus carnes salen a borbotones por encima de los brazos de la silla. Dudo que le sea igual de fácil salir de ahí. A la señora la reconozco de una foto en la pared. Va vestida como de Corre que nos vamos de Cruces y lleva en la boca un cigarro que cuando menos, no se compra en cajetillas.
-mira mama, esta es curra, la amiga de Antonio.
-ay, el Antonio, (ni hola ni ná) mira que es buena persona, decente, cumplidor. Porque mira niña, tú me dices a mí, que no, que estáis muy equivocadas con él, que el antonio engaña; y yo te digo
y entonces ella levanta su corazón al cielo y me suelta:
-Y UNA MIERDA
Yo quería comprar dos doradas (la del día y otra para congelar) y boquerones, lo de siempre. Terminé comprando gambas, merluza (pero tú has visto qué agallas tan frescas¡¡¡) y algo más, seguro. Terminé colgando un almanaque hortera hortera en mi terraza de Pescadería Conchitas.
No hace nada feo
Antuan, que gracias por tamañas credenciales. Tienes una dorada a la sal cuando quieras.
Carmen y yo, repito Carmen y yo, sin niños; aunque se lo hubieran pasado pipa, visto lo visto. Nos fuimos por la Fuente la Bicha. Yo peleándome con la cámara de fotos y ella contándome sus cosas. Hasta que vimos unos carteles pegados a los álamos: Se venden cerezas (y una flecha a la izquierda) ¿Cómo no seguirla? Pues la seguimos, y otra más después de cruzar el río. Como andábamos algo perdidas optamos por lo seguro, preguntar a una mujer encaramada a una escalera debajo de un cerezo: ¿venden ustedes cerezas? Vendían.
El huerto era inmeso y muy cuidado. Desde árboles frutales, patatas, tomates,espárragos... flores y animales al fondo. El hombre que nos atendió todo el tiempo resultó ser un director de banco prejubilado para mayor gloria. Ahora tenía todo el tiempo para lo que de verdad le gustaba. El huerto. A sus amigos policías, prejubilados también, no les pasaba igual, parece. El azadón les agobiaba.
Preguntamos todo lo que se nos ocurrió, amenazamos con volver con niños y nos despedimos con nuestros dos kilos de hermosas y más que jugosas cerezas. El hortelano antes de irnos nos dijo, esperaos que os voy a dar unas flores. Y se fue a los arriates correspondientes y nos cortó varas de clavelinas.
Pronto será la temporada de los tomates. Si no fuera por como soy hasta los echaba en conserva.
II.-Pescador de almas *
Me he mudado de casa y de barrio. Y puede que de alguna cosa más. Claro que las mudanzas son largas. Todas. Instalaciones y cambios incluidos.
Como me mudaba con toda la casa incorporada contraté una furgoneta. Y su conductor. Ni conocía a la furgoneta ni a su conductor. El nombre de la furgoneta no lo recuerdo (¡tecnicismos a mí!) El se llamaba Pedro. Se llamó Pedro casi todo el tiempo. Hasta que dejó de llamarse.
Y fue Piotr. Piotr de Krakovia. Piotr el Grande (ah, no, ese era de Rusia).
Se marchó de Krakovia en el 87 en busca de la tierra prometida o una mejor vida, que en esa época no estaba el tema para romanticismos épicos. Y fue a parar a Venecia.
- ¿Ah sí? ¿Y de qué trabajabas?
- Con las góndolas
-¿Llevabas una góndola?¡¡¡ (ya le había puesto la camiseta de rayas, el sombrero, el kit completo)
-No. Me tiraba al agua cuando los guiris se caían
-...
Tuve que mirarle, mirarle mucho. Antes de creérmelo y sobretodo, cuando me lo creí. Porque su cara me tenía que dar la clave. Una persona que ha sido eso tiene que tener una cara diferente, que te haga salir de tu asombro y te vuelva a colocar el mundo en su sitio. Busqué afanosamente pero no encontré. Seguí mirando.
La mudanza terminó. Más pronto que tarde y bien. Piotr no se quedó a comer en el Domingo. Casi mejor. ¿Cómo socializo yo con una persona que ha sido eso? No sabría qué decirle. Fan fatal: mongui total. Así mejor, sí.
* joni, con permiso
III.- Pescadería Conchitas
Tocaba ir a comprar pescado. No pude antes. Mi horario de trabajo coincide con el horario de las pescaderías, así que tenía que aprovechar la mañana libre.
Mi amigo Antonio, que ha vivido en este barrio, había avisado a Conchita y su hija Rafalita, las pescaderas, que una amiga se mudaba y ya se pasaría por allí. Esa era yo.
La pescadería no costaba encontrarla porque estaba indicada con carteles por todas partes. De no ser así, ni la ves. Tenías que bajar por una pequeña rampa como de parking, que se cerraba con una balla corredera y la primera puerta a la izquierda era lo que yo andaba buscando. Así que allí estaba. Mi probada prudencia no me permitía presentarme sin más, así que iba concienzada de que no recibiría los posibles favores del amiguismo.
Cuando llegué solo estaba Rafalita, la hija, colgada al teléfono. Tan colgada que, muy profesional y por ganarme, terminó por meterme en la conversación e invitándome a ir a Lugo. Todo esto por teléfono y a tres bandas. Ya con las manos en el pescado le pregunto por el horario de la tienda:
- de 9 a 2 y los sábados no abrimos
-uf, qué mal -¿por qué? -porque salgo a las 5
-mira, hablando se arreglan los problemas. Vamos que es que no hay problemas. Tú, ¿cómo te llamas?
-Curra -Curra? curra? -Ah, coño, entonces tú eras la amiga de Antonio.
(Se descubrió el pastel)
-pues, mira Curra tú el día que quieras pescado, me llamas (y ya me estaba dando su tarjeta de visitas) y me dices: Rafalita que quiero esto y esto y esto, o me dices, qué tienes bueno hoy?
Yo esto lo preveía, porque Antonio ya compraba el pescado así, pero claro él lo recogía en la hora de la comida.
-ya, pero es que yo salgo a las 5 (igual es que no se había enterado)
-¿y qué? ¿ves esa puerta? mi madre se queda aquí hasta que termina la novelilla de las 5. Tú, desde ahí fuera, te pones (a grito pelado) CONCHITAAAAAAAAAAAA, CONCHITAAAAAAAAAAAAAA y ella te lo da.
-(...)
Alucinada y encantada sigo cuando llegan por la puerta un matrimonio (que digo yo) sesentón. El se sienta y todas sus carnes salen a borbotones por encima de los brazos de la silla. Dudo que le sea igual de fácil salir de ahí. A la señora la reconozco de una foto en la pared. Va vestida como de Corre que nos vamos de Cruces y lleva en la boca un cigarro que cuando menos, no se compra en cajetillas.
-mira mama, esta es curra, la amiga de Antonio.
-ay, el Antonio, (ni hola ni ná) mira que es buena persona, decente, cumplidor. Porque mira niña, tú me dices a mí, que no, que estáis muy equivocadas con él, que el antonio engaña; y yo te digo
y entonces ella levanta su corazón al cielo y me suelta:
-Y UNA MIERDA
Yo quería comprar dos doradas (la del día y otra para congelar) y boquerones, lo de siempre. Terminé comprando gambas, merluza (pero tú has visto qué agallas tan frescas¡¡¡) y algo más, seguro. Terminé colgando un almanaque hortera hortera en mi terraza de Pescadería Conchitas.
No hace nada feo
Antuan, que gracias por tamañas credenciales. Tienes una dorada a la sal cuando quieras.
martes, 19 de mayo de 2009
Realidad
No estoy cierta si estuve en una conferencia con Bioy Casares o en una en la que se hablaba sobre él o sobre él y sus negros
martes, 12 de mayo de 2009
No te salves
A mi amigo lo indemnizaron con lo que te dije, pero confundí la moneda
Duluth está en Minnesota; y sí, Fargo está en Dakota del Norte
las corrientes circulares no se cierran
los círculos sí
y ya está. dicho esto, cierro el círculo
Duluth está en Minnesota; y sí, Fargo está en Dakota del Norte
las corrientes circulares no se cierran
los círculos sí
y ya está. dicho esto, cierro el círculo
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