Él llamó su atención y le dijo: "Señora, eres muy guapa".
Ella le contestó: "Gracias. Y tú muy simpático".
Él era síndrome de down y no tenía ningún complejo.
Ella no era síndrome de down y los tenía todos.
Ella volvío a su casa sumida en una tristeza muy pesada, muy pesada físicamente.
Lo que los demás nos parecen, lo que nos hacen sentir, lo que nos provocan...nada de eso nos pertenece.
jueves, 22 de septiembre de 2011
martes, 20 de septiembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
sábado, 17 de septiembre de 2011
Unir con flechas (como Cupido)
explorador lógico azul testosterona
negociador intuitivo amarillo estrógenos
director artístico rojo serotina
constructor sensible verde dopamina
Y todo eso conduce al:
Por si tiene algo que ver, que va a ser que sí, cito a Eduardo Punset y por eso abro comillas:
"La belleza es la ausencia del dolor. La felicidad es la ausencia del miedo"
Cierro comillas.
Para resolución del enigma, ver Helen Fisher
negociador intuitivo amarillo estrógenos
director artístico rojo serotina
constructor sensible verde dopamina
Y todo eso conduce al:
- deseo sexual
- amor romántico
- apego
Por si tiene algo que ver, que va a ser que sí, cito a Eduardo Punset y por eso abro comillas:
"La belleza es la ausencia del dolor. La felicidad es la ausencia del miedo"
Cierro comillas.
Para resolución del enigma, ver Helen Fisher
viernes, 16 de septiembre de 2011
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Maraña by Bill
Described as "Miss Maraña, the owl-cat" by Bill who was taking care of her for a while (and he wouldn't mind to do it again) |
sábado, 10 de septiembre de 2011
Opium para todos
Sería muy difícil pero un ojo avispado podría saber cómo me va la vida últimamente por el número de artículos de "los veinte duros" que cuente en mi casa. Y digo últimamente porque será de común acuerdo para todos que será una cosa innecesaria, de lo que nos desharemos poco tiempo después de que haya cumplido su objetivo: comprarla.
Porque la misión de ese objeto no tiene función tiempo. Muere segundos después de pagarla, meterla en la bolsa blanca que luego utilizaré para los residuos de Maraña, salir a la calle, de camino a casa volver a mirar lo que he comprado con la mayor indiferencia posible. Nada. porque al final y desde el principio, comprar eso, lo que sea, solo tiene sentido como proyecto saciatorio previo, como plan ante el vacío total. Tiene el efecto tranquilizador de una droga barata e inocua al alcance de cualquier bolsillo. Es un intento desesperado e infinito de contener pensamientos que no se verbalizan, pensamientos que llevan a humores raros, humores raros que desembocan en iras, iras que se camuflan que terminan...que
A la vuelta de mi calle han abierto uno de esos veinte duros gigantes. Creo que fue ayer. Ayer me di cuenta. Es frío, limpio, tiene mucha luz. Horroroso digo. En cuanto termine esto, salgo a ver qué encuentro. Seguro que nada que ni siquiera mi actual avidez-necesidad-estado pueda encontrar pasable. Me bastará con uno de esos cepillos-cacharros para lavar los vasos de tubo (no tengo vasos de tubo) y el fondo de la cafetera que con el espontex no llego. Es tranquilizador salir a comprar pensando que vas a buscar algo que necesitas. Estos días de atrás encontré un veinte duros que lo llevan unos chicos de África (es que son negros) y que entre lo de siempre encontré alguna joyita. Dos joyitas. Una copa de cristal de diseño antiguo donde me veo la manzanilla muy fría y voy a ver si me compro algún licor de esos que beben las señoras-abuelas bien en las películas de época. Y también encontré una jarra-cacerola de cerámica azul que es mi lapicero ahora. Preciosa. Ambas cosas trascendieron sus objetivos: consiguieron aliviarme por un par de días al menos.
Así que ahora me compraré la cosa esa para fregar y buscaré buscaré para ver si encuentro un pequeño tesorito por veinte duros del que me colgaré colgaré para no pensar pensar.
Porque la misión de ese objeto no tiene función tiempo. Muere segundos después de pagarla, meterla en la bolsa blanca que luego utilizaré para los residuos de Maraña, salir a la calle, de camino a casa volver a mirar lo que he comprado con la mayor indiferencia posible. Nada. porque al final y desde el principio, comprar eso, lo que sea, solo tiene sentido como proyecto saciatorio previo, como plan ante el vacío total. Tiene el efecto tranquilizador de una droga barata e inocua al alcance de cualquier bolsillo. Es un intento desesperado e infinito de contener pensamientos que no se verbalizan, pensamientos que llevan a humores raros, humores raros que desembocan en iras, iras que se camuflan que terminan...que
A la vuelta de mi calle han abierto uno de esos veinte duros gigantes. Creo que fue ayer. Ayer me di cuenta. Es frío, limpio, tiene mucha luz. Horroroso digo. En cuanto termine esto, salgo a ver qué encuentro. Seguro que nada que ni siquiera mi actual avidez-necesidad-estado pueda encontrar pasable. Me bastará con uno de esos cepillos-cacharros para lavar los vasos de tubo (no tengo vasos de tubo) y el fondo de la cafetera que con el espontex no llego. Es tranquilizador salir a comprar pensando que vas a buscar algo que necesitas. Estos días de atrás encontré un veinte duros que lo llevan unos chicos de África (es que son negros) y que entre lo de siempre encontré alguna joyita. Dos joyitas. Una copa de cristal de diseño antiguo donde me veo la manzanilla muy fría y voy a ver si me compro algún licor de esos que beben las señoras-abuelas bien en las películas de época. Y también encontré una jarra-cacerola de cerámica azul que es mi lapicero ahora. Preciosa. Ambas cosas trascendieron sus objetivos: consiguieron aliviarme por un par de días al menos.
Así que ahora me compraré la cosa esa para fregar y buscaré buscaré para ver si encuentro un pequeño tesorito por veinte duros del que me colgaré colgaré para no pensar pensar.
jueves, 8 de septiembre de 2011
P J Harvey
Occidente está dormido. Que tiemble Inglaterra
Aplastada bajo muertos silenciosos
Temo que nuestra sangre no vuelva a alzarse
Los días de danza de Inglaterra se han acabado
Otro día, Bobby, para que vengas a casa
Y me digas que la indiferencia ganó
Sonríe, sonríe Bobby, con tu preciosa boca
Recoge tus problemas, pongámonos en marcha
Hacia la fuente de la muerte
Y chapotearemos, nadaremos arriba y abajo
Y nos reiremos a carcajadas
Hasta que el día llegue a su fin
Y los pájaros estén silenciosos en las ramas
Y los insectos estén cortejando en los arbustos
Y junto a las orillas de preciosos lagos
Pesadas piedras estén cayendo
lunes, 5 de septiembre de 2011
domingo, 4 de septiembre de 2011
sábado, 3 de septiembre de 2011
Cortijo del Fraile
Llamado como se llama porque perteneció a la orden de unos frailes que lo mandaron construir allá por el S.XVIII. Luego una desamortización de esas que estudiamos en la EGB se lo expropió a la iglesia para pasar vía subasta a manos privadas... Y en esas estamos cuando en 1900 y pico en sus alrededores se comete el crimen que dará lugar a Bodas de Sangre. Cómo hilar este hecho con que fuera escenario de películas como "El bueno, el feo y el malo", "Silla de plata", "Yo soy la revolución"...lo dejo de tu cuenta.
El cortijo cuenta con capilla, cripta con nichos, cochineras, aljibe, un patio inmenso, amén de numerosas habitaciones que ya es imposible adivinar qué fueron.
Claro que volviendo al tema de cómo pasar de Bodas de Sangre al Spaguetti Western, una buena manera de explicar que Clint Eastwood se despachara con esa pedazo de película que es Mystic River sería si él se hubiera leído el teatro de Lorca (¿esto no lo ha mirado nadie?)
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