Yo duermo bien, del tirón, como los bebés, como los bebés que duermen bien. Duermo bien por sistema, por costumbre, por genética y por naturaleza, así por carácter. Es así como Yo igual a dormir bien.
Cuando duermo mal es por algo y siempre lo sé. Vaticino horas antes: mierda esta noche viene jodida. Lo que significa que voy a recordar lo que he soñado, yo, que nunca recuerdo nada, ni de día ni de noche y menos los sueños. Recordarlos no me gusta nada. Porque a poco perturbadores que sea lo que sueño me deja trastornada todo el día.
Cuando duermo mal los ojos me duelen. Qué digo me duelen, me pesan. La cabeza, el cuero cabelludo duele con solo tocarlo. Y tal parece que mis dedos fueran a hundirse y perderse entre los sesos.
Lo que aconteció para que se me truncara el sueño anoche fue constatar que....a ver cómo lo cuento...¿sabes la frase esa "mi libertad termina donde empieza la de los demás"? Pues a cierta que es, no lo es menos que el sentido de la justicia y la generosidad de algunos hacia los demás empieza cuando está saciado el propio. Es la generosidad abundante de dar lo que me sobra y conceder en justicia siempre que no me moleste a mi. Eso de la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Avalados quedan. Y seguro que conoces más de uno de este gremio. Párate y observa.
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