la-la-la-lá

Te voy a tener que dejar. A ver si así renombras mis fotos, veo que mi nombre es el título de una entrada de tu blog o me dedicas un album completo después de haberte retirado un año a una cabaña perdida en el bosque sin que nadie pueda saber nada de ti. O por lo menos una canción que al oírla todo el mundo sepa que estás sufriendo horrores. Y eso será que me querías. Y así yo sabré entonces que me quieres ahora.  Pero hazlo. Que si no voy a tener que dejarte.