"Me lo descubrió una mujer a la que quise mucho"
He parado de leer embebida por la belleza de la frase, no la belleza formal que también la tiene, sino por la imagen que evoca y lo que ésta ha movido en mi.
Qué bien que la vida es larga, y más larga que debíamos hacerla, para tener muchos pretéritos indefinidos y otros tantos perfectos en vías de serlo.
Ya conoces al indefinido: acciones cortas que el hablante sitúa en un tiempo pasado, cerrado, sin conexión alguna con el presente.
Y esto no significa ninguna animadversión personal a los pretéritos imperfectos, esos que se usan en los cuentos y las historias con final feliz. Pero me permitiré ser cínica y decir que, desde según qué ángulos, dan muy poco juego.
Esto podría intentar explicarlo para su mejor comprensión, pero qué pereza dios. Digamos lo que ya he dicho y dejado escrito: le tengo cariño a mis heridas.
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