lunes, 18 de marzo de 2013

21-24 de febrero 2013...

...fue un fin de semana histórico, muy importante si quieres:
Por un lado había una muerte programada: la de Benedicto XVI
(yo no es que quiera matar a nadie, pero hasta ahora los papas se morían para dejar de ser papas...a las hemerotecas me remito...)
senso unico
Era domingo lo que implicaba Angelus del papa en la plaza de San Pedro. Pero no uno cualquiera, era el de la despedida, el último angelus del papa. Los feligreses y curiosos abarrotaban la plaza para presenciar  cómo el suicida se sube al taburete. Nada es nuevo: en otros tiempos la gente se reunía en las plazas los días de guillotina y horca.
Todo el  mundo estaba mirando al Vaticano
Benedetto, Benedicto...antes se llamaba Ratzinger, cuando en Granada iba de boca en boca, allá por los 90 o casi porque había prohibido dar clases de Teología al Padre Castillo y otros más. El padre Castillo cuestionó el papel de la Iglesia desde su postura firme al lado de la Teología de la Liberacion. Entonces Ratzinger era el brazo fuerte, el derecho del papa de antes, Wojtyla, en la Congregación para la Doctrina de la Fe, creada para que nadie se salga de las directrices que manda la santa madre iglesia, lo que viene a ser la antigua Inquisición.
Al día siguiente de que lo eligieran papa, las calles de Granada amanecieron con pasquines que decían: "Con un papa así NO". Las comunidades de base de la iglesia se revolvían.




  ¿y dónde estaba el papa?
 mejor mirar para otro lado:
aptitud
Por otro lado había elecciones al parlamento italiano: los líderes de los diferentes partidos daban sus últimos mítines.
La guía que llevábamos se soltó el moño cuando nos dijo que ella la noche de antes había sido una de las 100.000 personas que se habían reunido en la plaza de S. Juan de Letrán. Fue en un mítin popular de ese hombre que había aglutinado toda las ilusiones rotas de tantos descreídos. Porque sí, no le importaba decirlo: ella lo iba a votar, nos confesó justo cuando el coletero dejaba su melenaza al viento. La esperanza había aflorado de nuevo, había vida más allá de los políticos...¿cómo se llamaba éste? ¿Mirlo Pirlo?...no pasa nada...otra política era posible.
Europa miraba a Italia.











¿Y yo, para dónde miraba yo? Fácil:
CANNOLI SICILIANO: mi próximo viaje quiero que sea a Sicilia. Me sobran los motivos. Pero que quede claro: éste es uno.

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