Yo tengo unos desayunos muy largos, muy largos, tanto que me da tiempo a leer mi correo (quise decir eliminar toda la basura que recibo porque correos personales 1 de cada 76), los blogs de los amigos, contestar los wasaps de la noche anterior a las 10 que yo ya estaba roncando (perdón, quise decir dulcemente dormida), leer El País por arriba y por abajo o por lo menos darle mil vueltas...y todo esto mientras me tomo un café negro negro y largo largo, que no se lo salta un galgo...
A veces, como hoy, empezamos el día mal-muy mal-mal fatal.
Los temas que más sigo ahora son Urdangarín, Bárcenas y la elección del próximo Papa ( y hoy cómo Carlos Boyero pone fino a Almodóvar, que me encanta). Después de reconocer esto, yo tampoco sé qué pensar de mí misma.
Al lío, parece que el cardenal de Viena, papable él, es un firme candidato a Papa, vivedios. Y me digo yo, pues voy a ver de qué palo va éste. Y me dispongo a leer un artículo sobre el susodicho que arranca así: Según el menesteroso éste (no se me ocurre otro palabro más descalificativo, de verdad) Europa ha dicho "no" a la vida tres veces tres. Entonces yo pienso: buah una la sé, la del holocausto nazi, fijo.
Sigo leyendo porque con una que me sepa me basta.
Las tres veces que el papable (no busco más adjetivos: pronto veréis por qué llamarlo papable es lo que más descalifica) son:
-cuando se rechazó la Encíclica Humanae Vitae en la que se condenaba el uso de la píldora y los condones incluso dentro del matrimonio (¿a quién le importa el sida, Africa...?)
-la promulgación paulatina de leyes que permitían el aborto.
-la regularización de los matrimonios gays.
Punto. Porque con toda la historia atroz de Europa, la iglesia (lo voy a poner con mayúsculas, no porque se lo merezca, sino para que se vea bien y se le caiga la cara de vergüenza), la Iglesia, decía, sigue atrincherada un su mundo falso, fuera de la realidad y de los problemas que de verdad tiene que afrontar.
Puro onanismo. Llevan siglos haciéndose una paja y parece que no terminan nunca.
Y así pasa, que con estos sobresaltos, indignaciones a primera hora de la mañana que nadie me tosa, ni se rasque las vestiduras si tengo el gesto retorcío y la mirada atravesá...Qué esparabas!
Hora del pincho.
ResponderEliminarCafé con leche, zumo de naranja y pincho de tortilluca con cebolla caramelizada por encima, 3 euros.
Lectura obligada de El País por la crítica de Boyero a Almodóvar.
Me la soplan Bárcenas, Benedicto, su sucesor y Urdangarín, por orden alfabético.
Resumen: Boyero deja a Almodóvar a la altura del barro que queda debajo del barro. Hoy voy a ir a ver la peli. Que dios (otro distinto al del vaticano, ¡qué perezón!) reparta suerte.
Yo voy un día de estos también a ver qué nos depara.
ResponderEliminarEspero disentir de lo que opines, porque me muero por blandirme en duelo.
Lanzo el guante aún antes de haberla visto
Boyero fue elegante en la crítica. Cada vez que lo pienso, lo que se merecía la peli era que toda la gente se levantara de los asientos y se fuera. Luego nos quejamos de que en España no hay subvenciones. Que pueda ni siquiera compararse este bodrio con pelis como Blancanieves... En fin, ye lo que hay, Manolín.
ResponderEliminarGracias porque si puedo me ahorro las pelas, pero igual no tener que verla: tengo que llevar a mis melones USA al cine para que vean una peli española como parte de nuestra cultura...tú lo has dicho, es lo que hay
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