viernes, 3 de mayo de 2013

Trance

Esta entrada es como poner una vela a los que no están, o no han ido, a los muertos, a mi. Cumplir una promesa para redimir un pecado.
Yo debería estar allí, a mi me da pena, se me pone triste el alma. S.O.S 4.8 MURCIA. Hoy.
Yo me quedaría mirándolos después del concierto, cuando se quede vacío el sitio porque la gente ha salido corriendo porque está tocando Bloc Party en otro escenario. Yo me quedaría mirándolos cuando ya no cantan, no como una adolescente boba, tú eso lo sabes, sino porque intento llegar a comprender, a ver cómo, de qué parte de su cuerpo sale tanta sensibilidad, como quien reza sola en una iglesia, rodeada de velas e incienso. Escuchándolos:

y tú te esperarías conmigo, sin decirme nada, sin instarme a salir corriendo, sin apurarme con prisas, con un respeto máximo del que comprende mi trance y lo hace posible. Del que me conoce bien. Intercalarías tus miradas equitativamente, a ellos a mi, a ellos a mi, hasta que ya me vieras volver, darme la vuelta, empezar a andar y a moverme, ahora sí...corre que nos perdemos el principio.

Esto sería lo que pasaría, que no va a pasar. Lo que va a pasar es que para aliviarme la pena, para hacerme feliz mi Isa se viene de cruces, con la barra roja de labios y el clavel reventón en el pelo, a pedir finitos buenos y tapitas ricas, a rompernos los tacones, a que nos duela la boca de reir, para darnos un homenaje merecido y sin vergüenza. A despedir el invierno. No. A celebrar la primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario