En Algeciras, los niños llamaban a las canicas mablis, lógica derivación fonética del inglés marbles. Ahora no se sabe si las llaman igual o a lo mejor ya ni los niños saben lo que cosa sea esa, pero ese es otro cantar.
Al chicle se le decía chingua, reducción del british chewing gum, que mira que el palabro inglés es palabro y feo. El español no se queda muy atrás, pero de ahí al chicle hay solo un paso o dos.
Esto y más pasaba en Algeciras porque Algeciras tiene de vecino a Gibraltar y lo mismo que el tabaco salía, salían más cosas. A veces hasta aire limpio en tiempos de sofoco: ellos cuentan que en tiempos de la dictadura podían coger emisoras de Gibraltar que emitían partes informativos donde se llamaba dictador a Franco. ¿Me dirás que no es eso aire puro?
Yo tengo una zenit rusa, la tira de vieja. La tira de cariño que le tengo (a ver si me acuerdo dónde la guardé). Me la regaló el noviete guanche que tuve el verano que me pasé en las Canarias, la pila de años que hace ya de eso. El nene éste me contó la historia al mismo tiempo que me la daba. Y no sé qué me gustó más, si la historia o la cámara. Mi cámara es de los cambuyoneros, por eso es importante y especial mi cámara. Con ese término, cambuyoneros, se conocía a los marineros rusos que atracaban en el puerto de Santa Cruz y con su inglés nivel usuario vendían productos de la madre patria a cambio de dinero. Así de tanto can-buy-you?-can-buy-you? se les terminó llamando los cambuyoneros.
Yo solo me sé estas tres, pero si algún avezado viajero, lector o persona en mientes de hacerse culta puede aportar más se agradecerá sobremanera.
P.d.: ¿esta historia de la mía cámara la he contado ya? Capaz soy, pero como tengo la memoria como la tengo, ustedes me van a perdonar.
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