Yo soy mirona. Soy una mirona devota y convencida de las bondades que mirar y observar tiene. No lo voy a explicar ni más ni mejor. Es simplemente así.
Toda buena mirona, profesa y profusa como yo, también tiene que ser buena escuchando. La misma devoción que dedico a lo que veo pongo en lo que escucho. De la misma manera que miro, escucho: sin ser vista. Para ver cómo los demás se expresan. No tanto en lo que dicen si no en cómo lo dicen (porque las formas matan mucho más que el contenido a veces). Es como si mirara también por mis oídos. Y cada vez lo veo más claro. Se conoce tanto por lo que se ve como por lo que se oye. Fíjate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario