Este sería un buen tema para que la gente debatiera y se liara el lío. Pero tengo sabido, que no aceptado, que mis amigos son tímidos o poco doctos en informática nivel usuario. Y por uno u otro, en contadas ocasiones me regalan sus comentarios: salvo honradísimas excepciones como mi Carmen, que rara vez no rubrica algo; o el Antuan, éste se aficionó más al principio, ahora su contacto con el blog es similar a su contacto conmigo: melón, tenemos que vernos...
El tema es que me interesó desde el principio. Lo empezó mi hermana, que cuando mi sobrino solo tenía meses, le preguntó a su marido que si ya quería más al niño que a ella o todavía no. Y yo aluciné. Porque di por supuesto que donde entra un hijo no entra nadie. Pero parece que esto no es tan blanco ni tan negro.
La madre de Alicia, una amiga de la uni que un día dejó de hablarnos porque se metió en unas oposiciones y hasta la fecha, al tema contestaba que sus hijos son su sangre, a su marido se lo encontró en la calle (esta última parte la pongo yo porque cuadra con la idea, pero me consta que esa señora no hubiera utilizado tan vulgar expresión)
La madre de Carmen, Carmen la de Nico y Heather, cuando Carmen le preguntaba le diría lo que buenamente podía para escurrir el bulto, hasta que un día entendió que su hija ya tenía edad para oír ciertas cosas y le dijo que a sus hijos los quería muchísimo, pero que a su padre lo quería desde hacía más tiempo (¡qué finura!)
Isabel, la de mi primo Andrés, me contó no hace mucho que sus hijos lo tenían claro, que son sus hijos y tú verás...pero que yo no los pongo por delante, que con quien yo voy a estar el resto de mi vida es con tu primo, que éstos antes o después se van. Carmen, la arriba mencionada, que es lista y enamorada, me corrigió: no es que sea un argumento racional, sale del sentimiento: esta mujer está enamorada hasta las trancas y ya está.
¿Alguien da más?
Recientemente he comprendido algo de lo que hablas por el caso de un amigo, que prefiere quedar en el anonimato, pero me ha costado muchísimo, lo reconozco.
ResponderEliminarEl primer concepto a tener en cuenta no sé si es legal o filosófico o ambos, pero es el de bien superior (no quiero decir que esté de acuerdo con él, pero ye lo que hay): hay que supeditar el bien de uno al bien de los niños.
Este amigo se ha separado recientemente, y tiene una novieta desde hace muy poco, que está un poco preocupada por la defensa que él hace de este concepto. Yo le he insistido que hay un tiempo de su cabeza que él dedica a sus hijos, y que en ese tiempo ni ella ni yo ni nadie entra.
Eso les pasa mucho más a las mujeres, creo, porque al fin y al cabo crean un vínculo con el enano/a de 9+4 meses. Inevitable.
lo de 9+4 no lo entiendo...como tampoco puedo entender los celos (si eso es lo que tiene la chica a la que te refieres) hacia los hijos de su pareja; o a los hijos en general...pero habría que verse en su situación, claro
ResponderEliminarBarrio Sésamo: Hoy aaprenderemos los números
ResponderEliminar9 meses de embarazo
4 meses de permiso maternal
Gracias por decirme lista. ;) Como te comentaba y a colación de lo que dice Santi, me parece que una cosa es lo que uno está dispuesto a hacer por sus hijos, que es TODO... y otra cosa es comparar el sentimiento que se emite hacia un hijo o hacia la pareja. Son cosas y sentimientos diferentes en mi opinión, aunque a veces, muy difíciles de separar, pues pueden darse casos de conflicto de intereses, que no de amores (No por estar más enamorada se quiere menos a los hijos, ni por estar dispuesta a hacer cualquier cosa por los hijos, se quiere menos a la pareja). No sé si me he explicado bien.
ResponderEliminar¿no lo podemos dejar en que con los hijos hay una obligación moral que con el maromo no?
ResponderEliminarCreo que decir que es una obligación moral es demasiado. El vinculo madre e hijo es innegable y como padre no tengo otra que apechugar. pero llevamos diez años "luchando" para seguir queriéndonos, ella sabe que la quiero muchísimo y además admiro por su difícil labor de madre, y también puedo asegurar que ella a mi me quiere muchísimo, algo de lo que se encarga de recordarme a menudo. Y como bien dice Isabel los pequeños Jedais se hacen mayores y se piran y los maestros se quedan solos (Dios que frikada). Así que más vale quererse como el primer día, aunque con unos pequeños "acoples", dícese hijos/as (pobrecillos).
ResponderEliminarP.D. Como se entere mi amada y querida esposa que llamamos a nuestros hijos acoplados, a lo mejor me deja de querer.
Saludos
Rober¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ os estaba esperando a alguno de los dos por aquí. cualquier cosa que se me ocurre a tu comentario es una ñoñada del carajo. así que mejor me callo.
ResponderEliminarmil besos a los 2+2.
estoy deseando veros y conocer a Lucas\Luke
por cierto.
ResponderEliminardile a Celia que escriba algo. sin leer tu comentario para que no le influya. estaría bien saber el lado femenino y materno