miércoles, 9 de febrero de 2011

Destilando mala hostia

Acato la última esquina sin pena ni gloria, dejándome llevar que queda poco y llego temprano como siempre...cuando ZAS...me saca de mí misma la señora que va delante (no vista hasta la fecha) que le dice a su niñita de unos cuatro años:
-mira fulanita, la señorita Encarna
La señorita susodicha a grito pelado: - buenos dias preciosa, qué bonita eres.
Y eso dicho alto y con ese soniquete cantarín asqueroso-asqueroso andaluz, falso como judas...
Y la tipa sigue en la misma octava:
- pero qué linda eres
Y claro como tan chisposos comentarios no requieren respuesta alguna, pues la madre y la hija se limitan a callarse, que así están más guapas.
Y la otra que no ha tenido bastante:
-que se te va a caer la corona, princesa bella... (guarggggggg : esos son mis vómitos)
No me queda más tutía que mirar:
Lo que se caía era una diadema (felpa que se dice en mi pueblo, mal pero de común entendimiento) forrada de tela con motivos incas. Que se le caía, caía que ya la llevaba por la frente. Y la princesa bella era una niña más.PUNTO, PAYASA. Que eres mu tonta.Y que espero que lo estés leyendo y que sepas que eres tú, y que hablo de ti: Granada, Paseo del Salón con la Virgen, Miércoles 8:55 de la mañana aproximadamente.
Puede que no te llames Encarna, pero que eras tú, no te equivoques.


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