miércoles, 22 de febrero de 2012

Insatisfacción

Este sábado fui a un concierto de Nacho Vegas. Añadían enteros de emoción al asunto el sitio, nada menos que el Auditorio Manuel de Falla y que se anunciaba como un acústico. Así que me vestí por dentro y por fuera, como alma que camina a un purgatorio infinito. Eso debía ser, pensaba yo, un bis a bis con Nacho Vegas. Resultó no ser un acústico para nada. Llevaba dos guitarristas que eran feos de guapos y sabían tocar y moverse como los ángeles deben hacerlo, un baterista (que no puede ser más ridículo el nombre que se ha puesto de moda ahora) con pelo largo largo infinito que he visto en algún sitio. Y Abraham Boba, ese duende con pretensiones de convertirse en humano, pero maldita la falta que le hace.

El concierto técnicamente me dejo extasiada, extasiada, EXTASIADA con mayúsculas. El sonido fue bestial desde la segunda canción y ojo, que el nene se abrió el repertorio con La gran broma final, que ya hay que ir sobrado. Cuidó los arreglos de las canciones hasta la saciedad, tanto su voz como la música. Los músicos se gustaron y podías notar lo bien que se lo estaban pasando; mención aparte la canción final del bis, la tremenda La noche más larga del año: puro goce. La madurez de una banda y de un cantante. Pasó eso tan raro de que las canciones las disfrutes más en directo que en el disco. Lo deseable. Que te acuestes y te corras.
Conseguí disfrutar a pesar de la payasa payasa, que compasión no le dedico, de la fila de delante, que bailaba cada canción, y sí, digo bailar porque eso es lo que hacía, bailar sentada, como si estuviera en un concierto de los Pecos. Terrible. Pobre su novio, que se pasó el concierto con su mano haciendo de cortinilla para no verla...y las nenas del otro lado, que terminaron por amonestarla suavemente: canta más bajo coño. Conseguí abstraerme. Guapa yo.

Lo malo, lo muy malo lo puse yo. Que es un pecado plantarte en un concierto de Nacho Vegas y no llevar el cuerpo lleno de heridas y que se te abran en canal.
Quien dijo el cuerpo dijo el alma. Me faltó el placer del dolor, porque me faltó dolor. Y perder la ocasión de tener placer es un pecado capital. Y claro, así con ese pensamiento bajé la cuesta de la Alhambra, pensando que qué mierda ser feliz, o no ser desgraciada. Que esto no me da nada: ni frío ni calor. Putas medianías. Y entreví más cosas que solo empezar a verbalizar me aterra.


viernes, 17 de febrero de 2012

En paro

Pero no parados.
Ojalá cunda el ejemplo.

jueves, 16 de febrero de 2012

Salones voladores



Hay gente como que los confundo mucho: Mi amigo Pedro me recuerda a mi madre. Diego, el amigo de mi amigo Pedro, también. Ninguno de los dos es que se parezcan, ni entre ellos, ni con mi madre.
Luego, Federico García Lorca también me recuerda a mi madre. Y David Byrne me recuerda a Lorca.
(Nadie tiene que acudir a Freud. Gracias)
Y así podría seguir más. Es un lío. Lo sé. A veces hasta me mareo. Hay una teoría muy famosa, o no tanto, que es la teoría de los seis grados de separación. Viene a decir que en el mundo, por más grande que sea, un cualquiera puede estar relacionado con otro cualquiera, cualquiera, solo por 5 personas. A mi me sobran 3, tú me dirás.
Pero mirad, lo voy a probar:
¿Quién pensáis que es?
Pues no, es David. A mi, el nene éste, es que me parece un genio. De esos de un ojo de cada color; como el otro David, mira.
Nada, solo quería decir eso. Y que la peli hasta Abril, ni catarla. Como ya no podemos ver nada por internet, pues una ful. Yo voy a verla seguro, a ver: el Sean Penn haciendo de siniestro madurito con complejo de Peter Pan y mirada de Niño Perdido. Es que a veces me lo ponen muy fácil.


miércoles, 15 de febrero de 2012

Así se va a misa

Limpiarse los oídos a fondo.
Si tienes ropa que estrenar, póntela.
Procura llegar con el tercer toque de campanas.
Los hombres, quedarse en el lado de la izquierda, sentados atrás o también de pie.
Las mujeres, en el de la derecha, y delante (la iglesia, la cama, la fe, el sexo...explícame la diferencia)
Santiguarse.
No hace falta mirar, solo escuchar.

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/02/13/actualidad/1329145311_330589.html

domingo, 12 de febrero de 2012

Mal dolor les dé

He ido a la manifestación en solidaridad con Garzón convocada hoy en Granada frente al TSJA a las 12. He ido porque mi suequis está haciendo prácticas de Fotografía en el Ideal y me tenía al tanto. Ni en el Ideal digital encontrabas dato alguno, ni búsqueda boleana que hicieras en google...
¡Qué curioso,  amigo Sancho¡
Allí estábamos más de 100 personas y menos de 200, que afinar más no puedo.
La más joven mi suequis, luego yo. La media de edad, entonces, rondaba los 45-50 años. Y me gustó mucho. Y me defraudó otro tanto: Vivo en Granada. En la que mató a Lorca. Donde ni su misma familia quiere que se investigue dónde están sus restos, aunque eso haga que otras muchas familias sigan sin saber dónde están los restos de sus seres queridos. Por eso no esperaba ver gente mayor, pero lógicamente es a lo que más les duele.
Y por eso me gustó ver tanta gente entre cincuenta y sesenta años, con los carteles de apoyo a Garzón en alto. El otro lado. Como esa señora despistada que pasaba por allí y me dice:
-¿esto para qué es?
-de apoyo a Garzón
-ah, pobre, cómo se lo están cargando, para que no haga justicia.
-sí, le digo yo.
-pero que sepas que siempre ha sido así, me dice para ponerme al día con el pasado.
-y sigue siendo igual, le digo yo.
Y se gira para seguir su camino mientras maldice:
-mal dolor les dé.
Al final, se leyó un manifiesto, al que le siguió un familiar de Garzón que leyó un escrito propio en nombre de la familia, para dar la voz a  la representante de la Plataforma "Salvemos la Biblioteca del Zaidín", y que se declaró emocionada por ser ella misma familiar de represaliados, de leer la carta que escribió a El País la hija del juez; esa que tituló "A los que mañana brindarán con champán".
El acto y el manifiesto en sí estaba firmado por montón de peña, entre los que faltaban muchos, y de los que estaban solo recuerdo a Granada por la República, Granada Laica, UGT, Granada Abierta, IU y PSOE.
Seguro que nadie esperaba oír que también estaba el PP. A servidora, el mismo estupor le causó oír que también estaba el PSOE. ¡Qué fácil figurar cuando se ha vuelto a este lado!

P.d: Ni se levantó el puño, ni se cantó la Internacional. Alguien se mal-arrancó un fandanguito a la postre, y poco más. La suequis y yo nos fuimos p'al Damasqueros y dimos cumplida cuenta del domingo al mediodía.

jueves, 9 de febrero de 2012

La Alpujarra

Olivo helado en el Valero

sábado, 4 de febrero de 2012

Señales

A lo mejor hoy en día es término de uso común la idea del "espacio personal". Para ser más exactos y decirlo en el idioma en que se creó dicho concepto "personal space",  Por si algún rezagado queda, no es más que esa burbuja física, ese espacio que hay que mantener entre uno mismo y su interlocutor. Creo que en los USA varía mucho de estado a estado. Pero un tipejo, para más señas antropólogo, realizó un estudio a fondo, metro en ristre, y terminó por catalogar los diferentes tipos de espacios y sus distancias:
- Espacio íntimo: entre familiares, familiares y mascotas, y los very best friends. 46 cm de metro. Se exceptúan en este grupo ginecólogos, matronas, el médico que te mira la garganta irritada y similares.
- Espacio personal: para amigos y conocidos. Desde los 46 cm, indicados arriba, hasta 1.2 metros.
- Espacio social: para el mundo del trabajo, los negocios y encuentros impersonales, intrascendentes. Entre 1-2mt y 3.7mt.
- Espacio público: Desde los 3.7 metros hasta...... Entre agentes secretos oficiales y gerifaltes, y demás vainas.
Yo, que como buena españolita, estoy ajena a estas cuestiones físicas y espaciales, voy a llevar el asunto a otro terreno. El del espacio del respeto, por concretarlo. Ese espacio abstracto que debemos mantener para que no nos avasallen. Voy dejando frases que habremos oído y dicho en más de una ocasión para que nos vayamos entendiendo: poner a la gente en su sitio, que no me pisen, es que te pisan el sitio, tú en tu casa y yo en la mía...mantener las distancias, a la postre.
La dificultad de establecer este espacio radica en que no es espacio físico, no es tangible. Aunque yo me retire de ti 1.2 metros, tú no me vas a respetar más. Ni a 3.7 que llegue. Hay que mandar señales, señales de que conmigo no se juega, de que conmigo no vas a poder.
Yo soy malísima en esto, pero muy malísima; pero escucho, así que a ver si aprendo: El otro día fui a pagar a mi casera (yo: 41 para 42 años, con trabajo pero sin casa, por si algún sociólogo, estadístico o algo así lee esto y toma nota). Y como los dos, el él y la ella, son tan graciosos y parlanchines, siempre echamos el rato. Y esta vez nos ponemos hablar de cómo ha ido la Navidad en familia.  Pues imagínate. El terreno donde perderse el respeto es más fácil y hacerse respetar más difícil. Y ella, la Antoñi, con 9 hermanos que son más los consortes, me da una lección magistral de cómo mandar señales.
Escena: el día que comimos en casa de mi hermana, (habla la Antoñi), que estábamos todos, no te acuerdas?, pregunta retórica a su marido. Y en esto que mi cuñá, la de Zaragoza me dice: porque Antonia...lo que sea. Y yo le digo: oye, ¿es que mi Paquito no me nombra nunca en tu casa? Y ella, sí claro. Ea, pues él dirá, porque mi Antoñi esto, porque mi Antoñi lo otro, no?
(¿lo estáis flipando conmigo amiguitos? pues espera, que aún hay más)
y ella, la de Zaragoza: sí, claro.
Entonces, tú sabes que a mi todo el mundo me llama Antoñi. Y entonces mi hermano dice, bueno pero tu nombre es Antonia. Claro, y el tuyo Francisco y te llamamos Paquito.
(¿hacemos un club de fans de la Antoñi?)
La de Zaragoza se quedaría chafada, chafadísima sin posibilidad de réplica y la Antoñi tan pichi.

Al principio yo solo pensaba jó que estúpida la Antoñi, la pobre de Zaragoza vaya bordería que se ha llevado sin comerlo ni beberlo. Yo es que soy lenta, lentísima, pero muy lentísima y tardé en verlo claro: A la de Zaragoza no se le va a ocurrir toserle a mi Antoñi ya reviente de ganas.
Encima, es que la Antoñi no espera a que osen atacarla, ella pone el parche antes de tiempo, como diciendo: a ver, tú, cuñada de Zaragoza, que conmigo ni mijita. Y te pone una cruz en la libreta, y a por el siguiente. Hasta que estén todos advertidos. Me la estoy imaginando.
Bueno amiguitos, espero que os puedan servir las enseñanzas de la Antoñi. Aunque para mi que con ese nervio o se nace o estamos todos perdidos.