jueves, 16 de febrero de 2012

Salones voladores



Hay gente como que los confundo mucho: Mi amigo Pedro me recuerda a mi madre. Diego, el amigo de mi amigo Pedro, también. Ninguno de los dos es que se parezcan, ni entre ellos, ni con mi madre.
Luego, Federico García Lorca también me recuerda a mi madre. Y David Byrne me recuerda a Lorca.
(Nadie tiene que acudir a Freud. Gracias)
Y así podría seguir más. Es un lío. Lo sé. A veces hasta me mareo. Hay una teoría muy famosa, o no tanto, que es la teoría de los seis grados de separación. Viene a decir que en el mundo, por más grande que sea, un cualquiera puede estar relacionado con otro cualquiera, cualquiera, solo por 5 personas. A mi me sobran 3, tú me dirás.
Pero mirad, lo voy a probar:
¿Quién pensáis que es?
Pues no, es David. A mi, el nene éste, es que me parece un genio. De esos de un ojo de cada color; como el otro David, mira.
Nada, solo quería decir eso. Y que la peli hasta Abril, ni catarla. Como ya no podemos ver nada por internet, pues una ful. Yo voy a verla seguro, a ver: el Sean Penn haciendo de siniestro madurito con complejo de Peter Pan y mirada de Niño Perdido. Es que a veces me lo ponen muy fácil.


No hay comentarios:

Publicar un comentario