Ya lo sabía. Sabía que las emociones, los sentimientos no están hechos de palabras; no están estructurados con sujeto-verbo-predicado. Es más, cuando intentas hacer el cambio, cuando intentas contar lo que sientes, !date¡, va a ser que no, no es eso exactamente. Y así, desde la primera formulación que planteas hasta la que mínimamente tiene garantías de veracidad han pasado varias correcciones.
Por más difícil que sea, no deja de ser atractivo el juego. Atrayente y necesario también. Como en un puzzle en el que tú diseñas las piezas, tienes que encontrar la palabra exacta que define lo que sientes. Y en ese juego de palabras que llegan a tu mente y que vas descartando por imprecisas vas conformando una nueva emoción que no sabías siquiera que existías. Haz la prueba: intenta buscar las palabras exactas de eso que sientes y que aún no has compartido con nadie. Cuando lo hayas hecho, mira ahora lo que tienes. ¿Era lo mismo que pensabas?
Puede dar hasta miedo.
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