miércoles, 24 de abril de 2013

Fidelidad natural

Las cosas que me gustan me gustan, no dejan de gustarme y no me canso. ¿No es eso fidelidad?

La Buena Vida y sus canciones todas, Cinema Paradiso que así entresacado es como escenas de un libro de Vargas Llosa, de esos que son una guía del barrio de Miraflores, donde ojalá vaya algún día porque (parece que) ya he estado.
(...)


martes, 23 de abril de 2013

Monseñor Romero

Hoy me levanto tarde, al sonido de la canción 1 2 de Sol Seppy que acomodé como despertador, pero que nunca suena. Y entro en la rutina diaria más tarde que de costumbre. Pero como siempre, me tomo mi tiempo para entrar en el día. Que hoy amaneció dulce, suavemente dulce, a media sonrisa y con un pequeño latido descontracturante ahí en la caja de dentro: El papa Francisco desbloquea el proceso de beatificación de Monseñor Romero. Bloqueado por ya sabemos quiénes: el santo canónigo martir que batió el record de pronta canonización-santificación-loquecoñosea y Benedicto Ratzinger, su continuación en la tierra y en el infierno espero, si Dios está del lado de quien tiene que estar.
A mi un santo más o menos, ¿qué digo? los santos en general, un carajo el que me importan. Pero aquí se trata de asunto más serio: que la iglesia oficial, la entronizada, la chispeante de oro y oropel, de zapatos rojos y anillos gordos tuviese un gesto de reconocimiento a la labor de tantos obispos y "curas comunistas", al papel que desempeño la Teología de la Liberación con los pobres y oprimidos, los campesinos de la América Latina de las Venas Abiertas  de los 80. No de la otra América, la norteña, la gringa, la apoya dictaduras militares sudamericanas-y a conveniencia, que con un poco de suerte se va a sentar a la diestra del pronto canonizado y su compinche en el más allá eterno.
Monseñor Romero fue disparado por un escuadrón de la muerte en 1980, mientras decía misa en un hospital de cancerosos, que se llamaba La Divina Providencia (las bromas de la historia, ¿no?). El día de antes había pronunciado un discurso pidiendo a las Fuerzas Armadas que no obedecieran la orden de matar a campesinos y gente que reclamaba tierra y respeto por sus derechos humanos. Discurso contestado.

miércoles, 10 de abril de 2013

Sueños vacíos

qué hago, a quién conjuro para no soñar, quién tiene la vela que me la pueda encender
hoy soñe contigo y estabas tan guapo que tuve que volver a quererte (en mi sueño, al menos)
ayer tropecé en una piedra vieja conocida, y por la noche se convocaron todas las piedras que cabían dentro de mis zapatos de cordones
sonó el despertador y yo no quería dormir, ni levantarme, ni saber qué hacer sabía.

hasta creo que mi mirabas como si tú me quisieras, o me hubieras querido alguna vez, ¿quién se equivocaba, tú al mirar o yo al creer?

martes, 2 de abril de 2013

Mi pueblo (el campo de mi pueblo)

Nombre: Conquista
Situación geográfica: Valle de los Pedroches, norte de Cordoba
Habitantes: 530 (no se lo cree nadie)
Altitud: 595mts
Gentilicio: conquisteños




En mi pueblo, en los años mozos de mis padres pasaba un tren de mercancías. Era la línea ferroviaria Peñarroya-Conquista, para dar salida a las explotaciones mineras de Peñarroya. Así en mi pueblo pasamos por la caseta de la Esperanza o hemos llegado hasta la caseta de las moras y hemos hecho fiestas de Navidad en la Carbonera transformada para mejor fin en los vestuarios de la piscina municipal...el cuento ha cambiado.














Mi pueblo no es viejo, solo llega al Siglo XVI, cuando el rey Felipe II, dada la afluencia de maleantes y asaltantes en torno al Camino de la Plata, que comunicaba Córdoba con la Meseta, subvencionó la creación de un poblado para proteger la zona. A mi me contaron una versión mucho más romántica de una duquesa que donó sus tierras para proteger a las dilegencias de los bandoleros y todo eso. Yo que me tragué Curro Jiménez de principio a fin, me pareció que mi pueblo no podía ser más digno. Luego me lo confirmó que fue el útlimo pueblo en Córdoba que cedió a las tropas de Franco (claro que esto es porque casi ni se enteran de que estamos en el  mapa, se cogen sus bártulos y nos dejan en paz...mejor nos hubiera ido)


El granito lo invade todo, también abunda la pizarra. El primero se utiliza como material para cercar.






Pero si en mi pueblo hay algo son chaparros (encinas), una dehesas de chaparros que si el año viene bueno dará bellotas para las piaras de cerdos (negros, claro) que nos darán el mejor jamón del mundo, de eso ya he hablado, así que me callo.

Posdata: lo organizaron las del Senegal, que ahora se han formalizado legalmente bajo el nombre de Amalu, que me tienen que explicar qué significa. En cualquier caso siempre serán las del Senegal. Esto viene porque en mi pueblo había un monja de la orden de Cristo Rey que estaba en Senegal. De toda la vida se han hecho mil cosas para conseguir dinero para la monja: carrozas, tómbolas, rifas, camisetas, gorros, las pegatinas de los coches que cualquier día me voy a encontrar en París o más lejos, esas que decían: YO SOY DE CONQUISTA (y que ahora se deben de estar cotizando a precio de oro en el mercado negro).
La monja se jubiló pero se sigue trabajando para las otras hermanas que siguen allí: lo de las migas fue un éxito, por ricas (y el precio era ciertamente popular: 3 ebros plato colmado con todos los tropezones anunciados más bebida) y por lo que supuso de encuentro social. Además la peña del pueblo se esforzó haciendo patucos, jerseys, pintó cuadros...Para rebajar las migas: chocolate con ojuela o pestiño a un ebro...
El destinatario esta vez no estaba claro: igual el dinero recaudado se destinaba a las familias del pueblo que están pasando necesidades...el cuento aquí también ha cambiado.

lunes, 1 de abril de 2013

Pasión

Estas vacaciones empezaron con dos descubrimientos que me perturbaron íntimamente y aún lo hacen:
En Summerhill School, una escuela libre de Inglaterra, se comprobó que los niños, dejados en completa libertad, formaban primero el caos y horas después, aburridos, volvían a las clases.
Lo otro que me impactó es que se ha comprobado que un bebé puede morir si nadie lo toca.

La semana santa terminó un domingo de resurrección en un bar de estación de autobuses, tomando un cortado necesario y dolido que terminó mucho después de que yo cogiera el autobús y llegara a mi destino.
En Granada había llovido barro. Debajo había llovido cera.