La batuta del director de orquesta era exactamente igual que un electrodo de los que usaba su tío para soldar. Pero más inútil. Pensaba que la orquesta podía tocar sola sin el director ni su electrodo. Solo podía fijarse en eso mientras la orquesta tocaba Concierto en Fa y ella lo confundía con Rapsodia in Blue de Gershwin.
sábado, 29 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
Naturalidad y simpatía
Ella había terminado por aceptar que tenía un don: la gente estaba infinitamente cómoda con ella. Caía bien. A todo el mundo. Fue evidente cuando numerosas personas habían coincidido en lo mismo. Todo el mundo.
Debería de sentirse orgullosa por ello. Debería contrarrestar todas sus inseguridades.
Pero no lo hacía.
Ellos no sabían que su don prevenía de algo que la martirizaba y de lo que no necesitó a nadie para ser consciente.
-Yo creo que era plana.
-¡Qué va! Era solo amorfa.
-No, era invisible. Yo lo vi.
Debería de sentirse orgullosa por ello. Debería contrarrestar todas sus inseguridades.
Pero no lo hacía.
Ellos no sabían que su don prevenía de algo que la martirizaba y de lo que no necesitó a nadie para ser consciente.
-Yo creo que era plana.
-¡Qué va! Era solo amorfa.
-No, era invisible. Yo lo vi.
La Gran Vía de Graná
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvvR3hYKarEDsrVys6SjPpTGz9n7Xzj0q7wNBBMwDIvP-eLxhwJ7KZWlLIC5OYWHi0J0eFt_wuKa0309S3MtSZGCq9TzvHWtdvi2Vs2jRrOHwd88MhGmT1WmnkotKdplEsc3-Abt6We9Q/s400/Foto0307.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiACk-4YNqpg-emAbkZBOYK1geO_P1CRaR9rcfaookZMsfx5QFewOgkZo0XJwpUA8j3OJvY5V-FO3td0ylxxNYcGi3mhAI9cvLhA8V1zvQswzq3pImnUeUSddVpjlR6XamkN9wfpzOTrA4/s400/Foto0306.jpg)
La filigrana de los azulejos era tan bonita y tan vivos los colores que los ojos se te iban sin querer. Era en uno de esos edificios majestuosos y mayestáticos de la Gran Vía de Granada, que se levantan con las puertas abiertas y las cierran bien tarde. Al principio te vuelves espantada pensando lo que estás pensando tú. Luego ya te empiezas a fijar en los detalles, tanta F y tanta Y, el medallón de enfrente con los Católicos y dices date, esto, otra vez, no es lo que parece. Pero qué susto, si casi no me llegaba la ropa al cuerpo. Si es el escudo de los Reyes Católicos...ah, qué alivio, con su yugo y sus flechitas, sus reinos, Granada también, a ver, si no de qué...su lema tan gracioso y tan visual, que yo siempre me los imagino a los dos: tanto monta (monta tanto).
En fin, sigamos de camino a la oficina.
¿Me paro a tomarme un cortado?
sábado, 8 de junio de 2013
La convivencia de las tres culturas
El Palacio mudéjar de los Reales Alcázares es probablemente la parte más espectacular de todo el conjunto. Lo mandó construir Pedro I, que hay que ver a algunos como les cunde el tiempo. Él pertenecía al bando de los cristianos, muy cristianos. Lo construyeron artistas moriscos que Pedro le pidió a su amigo, el rey de Granada Mohamed V. Pero el dinero lo aportó un judío, qué sorpresa y dejó su estrella.
Reales Alcázares y María de Padilla
La geometría lo invadía todo hasta que llegó el humanismo:
Quiere un hijo varón y pide que se anule su matrimonio, pero no para casarse con María de Padilla, sino con Juana de Castro (por sus muchos posibles). El lío viene ahora porque durante la misma noche de bodas se produce el levantamiento de Enrique de Trastámara y Fadrique de Badajoz (andamos en el Siglo XIV y España está hecha añicos por todas partes). El caso es que, fuese como fuese, Juana tuvo tiempo de quedarse preñada en tan agitada noche y de hijo varón. Aunque el tema de la paternidad es harto cuestionado ya que los documentos históricos están comidos de tañados, rallados, ahora pongo esto, ahora quito aquello...Pero Pedro ya tenía su hijo que sería su heredero a la postre y ojos que no ven, corazón que no siente, y si te quieres creer algo te lo crees que para eso se inventó la fe.
Pero y ¿qué ha sido de Blanca de Borbón? Pues nada, que se murió o la matarón a los 22 años, los historiadores no lo tienen claro. Si se murió sería de pena y si la mataron fue Pedro, su marido, que por algo pasaría a la historia como Pedro El Cruel.
Para aquel entonces, María de Padilla ya ha muerto y muerto de peste, nada romántico ni fino. A Pedro le dejó 4 hijos y todo su amor. Pedro, ante la muerte de la única mujer que había estado siempre en su vida, lloró y lloró y muerto de remordimientos cristianos declaró en unas Cortes celebradas en Sevilla, que María era realmente su única esposa (en realidad era la única con quien de verdad no se había casado) y que los demás matrimonios no deberían ser válidos. Y el Arzobispo de Toledo, allí presente, dijo hombre pues claro que sí. Declara nulos los enlaces anteriores, proclama a María como Reina, muerta pero reina y legitima a sus hijos. Tan reina que sus restos fueron movidos hasta la Capilla Real de la catedral de Sevilla donde descansan en paz (!!!) al lado de Pedro I el Cruel. Cómo no.
A María de Padilla le mandó contruir estos baños. Yo, por esto, casi le perdono todo:
De la pobre María qué decir: en vida fue acusada de brujería y otras virtudes así por parte de los hermanastros de Pedro: Fadrique, Tello, Enrique de Trastámara, quienes junto con su madre María de Portugal (madre común de todos, también de Pedro) fueron sus peores enemigos e hicieron de ella el blanco al que dirigir los ataques contra Pedro. Sin embargo ella solo supo querer a Pedro, si bien no se han encontrados documentos que acrediten cómo ni por qué. Lo esperaba callada y amorosa cada vez que volvía de estar con sus esposas o sus amantes, las habituales y las ocasionales. Intercedía para que no fuera tan hijoputa y cabrón a la hora de ceñirse con presos y dar muerte al enemigo. Cuando Pedro se casa con Doña Juana de Castro, María totalmente destrozada pide permiso al papa para crear el Monasterio de Sta. Clara y encerrarse allí. Pero cuando Pedro repudia a Juana y pide que vuelva con él, le falta tiempo para volver...En fin que esta pobre no se había pasado por la calle de la Bella Susona.
miércoles, 5 de junio de 2013
Susona Ben Suson
Ésta es una historia real que sucedió en Sevilla allá por el siglo XIV. En aquél entonces los judíos sevillanos habían conseguido ciertas garantías para vivir en paz. Pero quiera que siendo pueblo tan dado al comercio, pronto se hicieron dueños del negocio del oro y préstamo del dinero lo que despertó la envidia de los cristianos amén de las consabidas diferencias religiosas. Esto derivó en repetidas vejaciones y afrentas a la comunidad judía que se sentía insegura y continuamente amenazada. Así empezaron a urdir un plan para acabar con los principales señores de Sevilla y promover un levantamiento general de los judíos en toda España. El recuerdo de la matanza de cuatro mil judíos en Sevilla un siglo antes aún aguardaba venganza.
Diego Suson era judío muy principal y cabecilla de la revuelta. Su hija, Susona Ben Suson era famosa en toda la ciudad por su belleza. Tal era así que se conocía en la ciudad como "fermosa fembra". La tal Susona tan creída y llena estaba de halagos que aspiraba a pertenecer a la más alta clase social. De ahí que, a espaldas de su padre, empezó a hablar y dejarse cortejar por un apuesto noble cristiano. Poco tardó en ser su amante.
Quiera que una noche, Susona oyó a hurtadillas las conversaciones de todos los confabulados para el levantamiento. Así supo que la vida de su amante corría peligro al ser persona principal en la cuidad. Presa de pánico corrió a su casa para advertirle del peligro y salvar su vida. El noble no tardó en reaccionar y avisar a todos los señores cristianos, que sin tiempo que perder dieron muerte a los conjurados. Entre ellos el padre de Susona que llena de remordimientos se convirtió al cristianismo y se retiró a un convento a expiar su culpa y su mala conciencia.
Cuando murió y se levantó el testamento se descubrió su última voluntad: "Y para que sirva de ejemplo a las jóvenes, y en testimonio de mi desdicha, mando que cuando haya muerto separen mi cabeza de mi cuerpo y la pongan sujeta en un clavo sobre la puerta de mi casa y quede allí para siempre jamas.
Y como es pecado capital no cumplir últimas voluntades, ésta se cumplió también. Y se pudo ver la cabeza de la fermosa Susona sobrel el dintel de su puerta en la calle desde el siglo XV hasta el XVII según testimonios escritos.
Conclusión amiguitas: lo que Susona nos quiso decir es ojito, que por amor se pierde la cabeza...si no mirad la suya
Diego Suson era judío muy principal y cabecilla de la revuelta. Su hija, Susona Ben Suson era famosa en toda la ciudad por su belleza. Tal era así que se conocía en la ciudad como "fermosa fembra". La tal Susona tan creída y llena estaba de halagos que aspiraba a pertenecer a la más alta clase social. De ahí que, a espaldas de su padre, empezó a hablar y dejarse cortejar por un apuesto noble cristiano. Poco tardó en ser su amante.
Quiera que una noche, Susona oyó a hurtadillas las conversaciones de todos los confabulados para el levantamiento. Así supo que la vida de su amante corría peligro al ser persona principal en la cuidad. Presa de pánico corrió a su casa para advertirle del peligro y salvar su vida. El noble no tardó en reaccionar y avisar a todos los señores cristianos, que sin tiempo que perder dieron muerte a los conjurados. Entre ellos el padre de Susona que llena de remordimientos se convirtió al cristianismo y se retiró a un convento a expiar su culpa y su mala conciencia.
Cuando murió y se levantó el testamento se descubrió su última voluntad: "Y para que sirva de ejemplo a las jóvenes, y en testimonio de mi desdicha, mando que cuando haya muerto separen mi cabeza de mi cuerpo y la pongan sujeta en un clavo sobre la puerta de mi casa y quede allí para siempre jamas.
Y como es pecado capital no cumplir últimas voluntades, ésta se cumplió también. Y se pudo ver la cabeza de la fermosa Susona sobrel el dintel de su puerta en la calle desde el siglo XV hasta el XVII según testimonios escritos.
Conclusión amiguitas: lo que Susona nos quiso decir es ojito, que por amor se pierde la cabeza...si no mirad la suya
El nombre de la calle se cambió a Calle Susona en el XIX. Se encuentra en el barrio de Santa Cruz, la judería en Sevilla. |
martes, 4 de junio de 2013
En Sevilla
Se reconoce fácil que tanta Semana Santa con lo que apretaba el Lorenzo angustiaba...hasta que me paré sola, y cómo me gusta pararme sola en los bares, en un bar al que le había echado el ojo antes, el Bar Aguilas, que no voy a decir dónde está porque la que importa que lo sepa soy yo y yo ya lo sé (hoy tuve pesadillas, dolor de cabeza hasta las taitantas, así que la chulería va de gratis). Entonces en este bar se me quitaron las calores, alivié el hambre con un paté de estos que podía parecer que tenía más nombre que sabor, pero no, en este caso no...y lo vi...vi que los valores estaban todavía claros, claros meridianos....la fe seguía en su sitio:
Silvio, el rockero Silvio |
Pero sigamos.
Sevilla sabe hacer carteles |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)