martes, 4 de junio de 2013

En Sevilla




Se reconoce fácil que tanta Semana Santa con lo que apretaba el Lorenzo angustiaba...hasta que me paré sola, y cómo me gusta pararme sola en los bares, en un bar al que le había echado el ojo antes, el Bar Aguilas, que no voy a decir dónde está porque la que importa que lo sepa soy yo y yo ya lo sé (hoy tuve pesadillas, dolor de cabeza hasta las taitantas, así que la chulería va de gratis). Entonces en este bar se me quitaron las calores, alivié el hambre con un paté de estos que podía parecer que tenía más nombre que sabor, pero no, en este caso no...y lo vi...vi que los valores estaban todavía claros, claros meridianos....la fe seguía en su sitio:
Silvio, el rockero Silvio






Era gracioso, porque el dueño del bar tal podía pasar por un compañero de correrías de Silvio en edad y pintas y el nene que me atendió, un early veinteañero era simpático, eso sí, pero calzaba una pulserita de esas con la banderita españa, que a ver pa qué, pa dar por culo...
Pero sigamos.
El bar más antiguo de Sevilla. Bonito por dentro, siempre lleno, se come bien, muy bien y siguen con esa costumbre que se sigue viendo tanto en Sevilla como en Cádiz y que es tan antigua de apuntarte con tiza lo que vas pidiendo.

Sevilla sabe hacer carteles


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