jueves, 1 de diciembre de 2011

Crítica del concierto

Con la entrada comprada y no fui al concierto...fatal si quieres, pero el cuerpo no me daba y al ánimo tampoco.
Tiré con un vino en el Aleph y de vuelta a casa.
A la que salgo del bar, me veo venir a un tipo con cabeza de león...ALBRICIAS, si es ÉL: grupo se encamina calle abajo alineado en sendas filas de tres. Y qué filas. Abría el cuadro ÉL con alguien en medio (¿de su grupo quizás?) y después otro ÉL: el ÉL conocido como JOTA. ¡Tamaño ÉL!
Como yo pertenezco al gremio de las gruppies monguis me quedé paralizada allí donde mi pilló el cuerpo, al lado de la pared y ellos que venían por mitad de la calle. Como quien está esperando el paso de la Dolorosa. Tan pronto como me di cuenta y a dos metros de tenerlos a mi altura empezé a dar vueltas sobre mi misma para que no pareciera tonta (¡¡¡)

Parte dedicada a Pedro: joni, el Él que nos ocupa parece que ha crecido y ha adelgazado, con esa melena que se ha dejado y una chaqueta de corte inglés de terciopelo negro con ribetes rojos por dentro que se dejaban ver al caminar...tal que parecía el Principito. Palabrita.
El otro ÉL iba de sport. No ha crecido sino que creo que ha engordado un poquito. No desmerece.
Se separaron nuestros caminos ellos tirando para la Pajuana a comer tapas de diseño en ambiente progre o a los Diamantes a hartarse de pescaíto frito en ambiente malafollá granaíno clásico (foco de inspiración para el Sr. Chinarro evidente).  
Yo, a la que nos separamos, cuasi grité un "guapos" arrebatada y fuera de mi...que no se me ocurrió otra cosa. Y salí corriendo.

P.d: el día que la línea frontal la formen Sr. Chinarro, Nacho Vegas y Jota y yo los vea venir calle abajo, sabré que el momento ha llegado. Lo siguiente que se verá será mi cuerpo levitando henchido y refulgente de gozo hacia los infiernos, a los sones de clarines y timbales, cual ascensión mariana. ¡Dios me libre!

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